«Es imposible batir a los keniatas», reconoce Chema Martínez

Chema_Martinez

Sus entrenamientos no se detienen en busca de nuevos retos. El atleta más popular del maratón español hace un repaso a su carrera y a un futuro al que aguarda aún con mucha ilusión pese a sus 42 años y una trayectoria plagada de victorias. A continuación reproducimos una entrevista que el diario As le hizo a Chema Martínez.

¿Son imposibles de batir los africanos?

Actualmente, si. Es imposible ganarles. Podemos vencer a algunos, pero no a los mejores. Kenia tiene muchísimos corredores por bajo de dos horas y diez minutos. Y muchos en menos de 2h 07:00, por ejemplo. La pauta la marcó Samuel Wanjiru en los Juegos de Pekín: salió a toda velocidad e hizo una marca de 2h 06:32, récord olímpico, con unas condiciones climatológicas muy duras. No hay nada que hacer contra ellos. Nosotros no podemos aguantar sus ritmos.

¿Y cuál es su secreto? ¿La intensidad del entrenamiento, la genética…?

No creo que sea la intensidad de su preparación. Vincent Chepkok, que está haciendo una buena campaña de cross, estuvo entrenándose un par de días conmigo en Madrid e iba resoplando a mi lado. Yo les veo prepararse y no me impresionan especialmente. Yo creo que la diferencia está en los hábitos de vida: sólo duermen y entrenan. El deporte es, para ellos, una forma de salir de la miseria, y eso también cuenta. Con el dinero que ganan en Europa se pueden comprar una granja en Kenia, con muchas vacas. Se convierten en hombres ricos, y eso es un gran estímulo. Y el hecho de que hayan nacido en altitud les beneficia, desde luego. Su genética es superior: para una estatura similar, ellos pesan diez kilos menos que nosotros. Su punto de partida es muy superior.

(Chema mide 1,76 y pesa 65 kilos; el keniano Patrick Makau, plusmarquista mundial de maratón, mide exactamente lo mismo, pero pesa 52 kilos).

¿Qué objetivo se plantea en Barcelona?

No se trata sólo de hacer la mínima, sino de hacer la mejor marca posible, porque a Londres únicamente van tres atletas y la mínima (2h 14:00) puede no ser suficiente. Pero quiero ser un poco amarrategui. No se trata de arriesgar con ritmos altos en el primer medio maratón, sino de correr cómodo, dentro de lo posible.

¿Cómo se está entrenando?

Muy bien. Estoy asombrado. He hablado con Antonio Serrano, mi entrenador, y creo que es bueno que volvamos al tipo de preparación de hace tiempo, a entrenamientos con más calidad, de más rapidez, que es lo que me ha hecho rendir mejor. Pienso que me irá bastante bien.

¿Qué espera del paso del subcampeón europeo de cross, Ayad Lamdassem, al maratón? Debutará en Otsu con la vista puesta en Londres.

Está en forma y puede hacer 2h 08 en su primera carrera. Tiene potencial para ser un buen maratoniano, pero un maratón es muy cruel y para hacer una gran marca debe salir todo bien.

¿Cuál es su terna para acudir a los Juegos de Londres?

Es fijo Carles Castillejo, porque ganó el Campeonato de España e hizo mínima. En principio creo que los dos puestos restantes nos los jugaremos Rafa Iglesias, Lamdassem y yo mismo. Pero también podría acudir cualquier otro…

Tiene usted 42 años. ¿Se plantea el final de su vida deportiva?

En principio creí que los Juegos de Londres iban a ser el punto final, pero es que me encuentro muy bien y con muchas ganas, así que seguiré hasta que vea que las cosas dejan de funcionar.

Correr con calor

calor

El verano es una época propicia para iniciarse en el mundo del running. Disponemos de más tiempo libre y la climatología nos invita a salir de casa. Pero hay que tener mucho cuidado porque el calor nos puede jugar una mala pasada. Si por el contrario eres de los que optas por quedarte en casa por pereza te vamos a realizar una serie de consejos para que no tengas excusas:

  • Evitar las horas de más sol: Lo ideal sería hacerlo a primeras horas del día o a última hora de la tarde-noche, cuando todavía no apriete el calor. Lo peor es ejercitarse en las horas centrales del día (de 3 a 5 de la tarde), donde se alcanzan las mayores temperaturas. Así que ya sabes, toca madrugar o hacerlo de noche. En el norte el clima es mucho más suave, nada que ver con lo que podemos encontrarnos en el sur o en el centro de la Península donde se pueden alcanzar temperaturas de hasta 40ºC en los meses de verano.
  • Hidratarse con más líquido de lo normal: En las jornadas de más calor es preciso beber más agua de lo normal antes de salir. Por lo general se estima que por cada hora de ejercicio se necesita entre medio litro y un litro. También perderemos bastantes sales por lo que para reponer fuerzas es preciso tomar bebidas que contengan electrólitos. Es necesario hidratarse tanto antes, durante como después del entrenamiento, ya sea con agua o bebidas isotónicas. Aunque no tengas sed hay que ingerir líquidos igual porque en cualquier momento podemos sufrir un desfallecimiento por agotamiento o deshidratación. Si vas a realizar una tirada larga intenta llevar contigo una botella pequeña de agua o deja preparado con antelación tus avituallamientos en determinados puntos. No dejes las botellas a la vista porque lo más seguro es que te las lleven o aparezca un empleado de los servicios de limpieza y te la acabe tirando en una papelera. Esta última opción está más orientada a recorridos por un circuito. También cabe la posibilidad de realizar el rodaje por zonas donde encontremos fuentes. La deshidratación no es buena, pero tampoco el exceso de líquidos, ya que puede provocar náuseas y dolores de cabeza.
  • Olvídate de la manga larga y de las mallas. Decántate por prendas muy ligeras de manga corta y que sean de colores claros. El blanco soporta mejor los rayos de sol que las ropas oscuras. En los días de mucho sol puedes protegerte con una gorra técnica. Resultan bastante cómodas. Además puedes guardarla en el frigorífico o en el congelador para que se conserve fresca durante unos minutos del entrenamiento. La gorra recoge el sudor y protege a la cara y a la cabeza del sol.
  • Si no estamos acostumbrados al calor el proceso de adaptación a las altas temperaturas será más largo. Podrá prolongarse durante varias semanas. Eso sí, no intentes realizar tus mejores registros o mantener los ritmos del resto del año. Leemos en algunas publicaciones que un maratón a 30ºC se hará veinte minutos peor de lo normal. No te desanimes si aprecias que no puedes mantener el ritmo del resto del año. Tienes que seguir entrenando y puedes aprovechar para trotar más suave a modo de mantenimiento dejando aparcados los entrenamientos intensos de series o cambios de ritmo. En el caso de que logres mantener los ritmos en verano luego te encontrarás mucho más suelto cuando llegue el frío.
  • Nuestro cuerpo es muy listo y cuando acusa demasiado el exceso de calor y la falta de hidratación lo reflejará con malestar, dolor de cabeza, ganas de vomitar o falta de sudoración. Lo primero que tienes que buscar es un sitio sombrío para refrescarnos. Haz caso a lo que te mande el cuerpo.
  • Una buena opción de huir de los rayos del sol son los entrenamientos entre densos bosques de árboles o zonas de montaña donde las temperaturas son más suaves. Son espacios más naturales y nos permitirán descubrir nuevos recorridos si estamos acostumbrados al asfalto de la ciudad.
  • Si los entrenamientos se resienten con el calor las carreras también. No sería recomendable competir con temperaturas superiores a los 30ºC. Es raro encontrar un maratón, por ejemplo, en el periodo estival, pero en muchas de las pruebas largas que se celebran durante la primavera es posible alcanzar estas temperaturas. El calor en este caso se combate con unos aspersores o duchas que pone la organización durante determinados tramos de la carrera. También se habilitan puestos con esponjas que sirven de mucha utilidad para refrescarse. En algún caso me he encontrado a bomberos repartiendo agua a manguerazo limpio, una alternativa a tener muy en cuenta.
  • Aprovecha para huir de la rutina y practica otros deportes. El verano nos permite descubrir otras disciplinas como las caminatas por el monte, los paseos en bicicleta o los deportes acuáticos. El mar y las piscinas nos ofrecen muchas alternativas. Otra posibilidad es quedarse en el gimnasio y ejercitarse en la cinta o en la elíptica. Practicaremos deporte en un ambiente más fresco y sin sufrir los daños del sol. La cinta es una gran opción cuando el tiempo no acompañe, aunque siempre es más divertido hacerlo al aire libre y más en superficies blandas para que no se resientan nuestras articulaciones.
  • Al igual que protegemos nuestra piel cuando vamos a la playa, durante nuestros entrenamientos al aire libre también debemos de utilizar crema solar. Si es de factor 50 mejor.
  • La llegada del calor nos invita a comer más ensaladas y frutas, productos con menos calorías. En las jornadas de playa o piscina solemos recurrir a bocatas y piezas de frutas.
  • Si eres de los perezosos que les cuesta salir a correr con calor, lo mejor es que quedes con tu grupo de amigos y de esta manera no tendrás excusas. Da la sensación de que uno solo tiene más motivos para quedarse en casa.
  • Aprovecha las jornadas playeras para trotar un poco y realizar unos estiramientos. Una buena manera de combinar la vida familiar con la deportiva.
  • Prueba con distancias más cortas. Una buena opción para refrescarnos es darse un chapuzón en el mar, si lo tenemos cerca, o en la piscina a la conclusión del entrenamiento. Nuestros músculo agradecerán el baño. También es una época propicia para descansar. No te preocupes porque el resto del año tendrás tiempo de sobra para entrenar con más fuerza y tu cuerpo te agradecerá el parón para cargar pilas. Después de un tiempo sin correr se regresa con más muchas más ganas.

Gijón-Covadonga, solo para los más fuertes

el-camino-gijon-covadonga-L-gdblAc

Cada vez son más los asturianos, con promesa o sin ella, que se atreven a realizar a pie la ruta Gijón-Covadonga. Para no estar pendientes del reloj y disfrutar del maravilloso entorno que encontraremos lo mejor es realizarla en tres etapas, que detallaremos a continuación. Está recomendada solo para los más resistentes. Se podría realizar en un solo día, pero si quieres disfrutarla puedes hacerlo en varios días.

  • 1ª etapa: Gijón-Villaviciosa: Se sale del lavadero de Deva, junto a la iglesia parroquial, para ascender a La Olla, donde disfrutaremos de las vistas del entorno, para posteriormente entrar en el concejo de Villaviciosa. Tendremos que soportar la ascensión al Alto del Curbiellu, en la parroquia de Peón, que será un duro repecho para comenzar. Luego emprenderemos una bajada que nos conducirá hasta Llantáu y el río España. El camino nos llevará hasta el Alto la Cruz, desde donde se pueden visionar unos paisajes que incluyen Villaviciosa y los montes del Sueve. El descenso nos llevará hasta la parroquia de Niévares para a continuación entrar en Grases, donde atravesaremos sus casas y hórreos, para concluir el primer día de caminata casi a la altura de la iglesia románica de San Juan de Amandi.
  • 2ª etapa: Villaviciosa-Llames de Parres: Se sale desde la capilla de Amandi por la carretera AS-225 para seguir a continuación por un terreno de frondosa vegetación. Pasaremos por uno de los pueblos más conocidos de Villaviciosa, Sietes, característico por sus hórreos, casas de indianos y la iglesia de Santu Maderu. Se deja atrás Villaviciosa para llegar a Piloña. El recorrido atraviesa la parroquia de Borines, conocido por su agua mineral y sus antiguos balnearios. Atravesaremos el pueblo de Sorbías para hacer entrada en el concejo de Parres, en las inmediaciones de Soto de Dueñas, donde se cruzará a la otra orilla del río a través del viejo puente, siguiendo en dirección a Llames de Parres.
  • 3ª etapa: Llames de Parres-Covadonga: Habrá que descender por Valdebode a la iglesia de Viabaño, que nos conducirá a las riberas del río Piloña. En la Vega los Caseros cruzaremos el río Sella y llegaremos a Cangas de Onís, conocido por el Puente Romano, por el pueblo de Villanueva. Dejaremos atrás  el casco urbano tras tomar el río Güeña y el barrio de El Lleráu, siguiendo la dirección hacia Covadonga por El Bosque, La Riera y Muñido, entrando en el Real Sitio por el Campo de Repelao y siguiendo la senda que por El Camín del Príncipe y el antiguio mesón nos lleva a los pies de la Santa Cueva.

El recorrido total son algo más de 72 kilómetros, por lo que los dos primeros días lo recomendable es cubrir unos 25-30 kilómetros, dejando para la última jornada unos 20 kilómetros. Cada vez son más los grupos de amigos, asociaciones vecinales, clubs deportivos y compañeros de trabajo que se atreven con este reto. El paisaje maravilla y muchos de los que la prueban repiten. Discurre por caminos y sendas, y con el paso de los años ha ido mejorando en cuanto a señalización.

La propuesta que recoge la página web del Principado establece en tres días la duración de esta ruta, pero también se puede realizar en dos. Muchos de los que se atreven con Gijón-Covadonga no son precisamente grandes deportistas, por lo que se recomienda que vayan lo suficientemente equipados para la ocasión con apósitos para posibles ampollas, chubasquero para la lluvia, botas de montaña, calcetines de repuesto y playeros para después de la camina y sandalias. Los pies lo acabarán agradeciendo. Tampoco podemos pasar por el alto las reservas para pernoctar. Nos encontraremos albergues con literas y hoteles, además de casas particulares que siempre acogen al senderista. Ahora solo queda poner fecha y calzarse las botas para coger el camino a Covadonga. Recuerda que puedes volver luego en transporte público, pero la mejor opción después de tantos kilómetros en las piernas es que os recoja un vehículo particular

Recordemos que Covadonga es el lugar de peregrinación tanto de asturianos como de foráneos. Al año acoge la visita de casi dos millones de personas, de los que unos 15.000 lo hacen a pie. Estamos hablando de un espacio con gran interés paisajístico, religioso, cultural y etnográfico. Representa uno de los grandes atractivos de Asturias, y cualquier visitante que se precie tiene la obligación de pasarse por Covadonga o por Los Lagos.

Lista de espera para la Behovia-San Sebastián

foto-behobia-txus-php

Como era de prever bastaron apenas unos días para que se agotasen los 30.000 dorsales de la carrera más emblemática del norte de España, la Behovia-San Sebastián.

La carrera guipuzcoana es una cita obligada para los amantes del running aficionado, por lo que otro año más volverá a reunir a numerosos atletas de todo el país. Al agotarse las inscripciones ordinarias se ha abierto la lista de esperar para recoger solicitudes, así que si te quedaste sin dorsal en su momento ahora tienes que esperar a posibles bajas.

Otra opción que tienes para conseguir dorsal para esta prueba es a través de las promociones de Adidas, comprando zapatillas de esta marca en los establecimientos adheridos a la oferta, o contratando un paquete turístico.

No nos olvidemos que esta carrera se celebrará el próximo mes de noviembre.

Cambios de ritmo como alternativa a las series

A-qué-ritmos-correr-las-series

Si hay algo a lo que tienen un especial temor los runners son a las series. Por eso os proponemos como alternativa los cambios de ritmo. Los corredores que siempre ruedan a la misma velocidad y que apenas modifican su ritmo están condenados a estancarse. Por eso los cambios de ritmo son ideales para progresar sin necesidad de realizar las series.

Los fartlek  o cambios de cambio no suponen un gran esfuerzo y tienen tantas ventajas como las series. No implica que nos tengamos que exprimir al máximo y además se pueden realizar en cualquier sitio, sin necesidad de que tengamos medidos los recorridos. Psicológicamente no desgastan tanto y si lo hacemos con condiciones meteorológicas adversas casi mejor.

El origen del fartlek se remonta a los años treinta cuando el técnico del equipo olímpico sueco puso en marcha un sistema de entrenamiento novedoso basado en la combinación de carreras de distintas velocidad y ritmos. El corredor en ningún momento se sometía a la esclavitud que somete el cronometro y se dejaba llevar por las sensaciones del momento, adaptando la velocidad al terreno.

Con los cambios de ritmo hay que empezar siempre muy suave incrementando la intensidad de manera progresiva para acabar en los últimos minutos a un ritmo fuerte. De nuevo volvemos a coger aire reduciendo nuestra marcha y cuando nos encontramos con fuerza volvemos a aumentar el ritmo poco a poco.

Lo aconsejable es realizarlos al menos una vez a la semana ya que nos proporcionará mejoras en nuestro estado físico y una mayor potencia muscular. De esta manera dejaremos atrás la velocidad de crucero que nos caracterizaba y que nos impedía superar nuestras marcas personales. Lo haremos sin que nos suponga mucho más esfuerzo. Se puede decir que obtenemos más por menos. Los resultados se apreciarán al cabo de unas semanas.

¿Sabéis que conseguimos con los fartlek? Una mayor capacidad aeróbica, que facilitará que nuestro organismo se acostumbre a trabajar a unos ritmos superiores que nos vendrá muy bien de cara a la competición. Por lo general siempre imprimimos un mayor ritmo en la competición que en los entrenamientos, pero es aconsejable ponernos a prueba en las sesiones preparatorias para alcanzar nuestro nivel más óptimo. Los cambios de ritmo hacen que vayamos a una velocidad más alta de lo normal, lo que nos exigirá una mayor cantidad de oxígeno, que agrandará nuestro corazón y mejorará la perfusión sanguínea muscular.

No todos los runners pueden ponerse a realizar los cambios de ritmo. De hecho es poco aconsejable para aquellos que salgan de vez en cuando. Más bien diría que es para los corredores que llevan ya un tiempo entrenando y se sienten capacitados para dar un salto en su preparación. Si no estamos habituados a correr y nos ponemos con los fartlek sufriremos más de lo normal y posiblemente se nos quiten las ganas de volver a coger las zapatillas y correr. Lo aconsejable es que apliquen este técnica los que se ejerciten tres o cuatro veces a la semana y compitan durante el año varias veces.

Lo bueno de los cambios de ritmo es que se adaptan a nuestras condiciones físicas y podemos elegir terreno y velocidad. Os proponemos una serie de propuestas que os vendrán muy bien para conseguir mejores resultados.

  • Cambios de ritmo cortos: Aportan mucha potencia muscular y nos vienen bien para ganar velocidad. Suelen durar entre los 20 segundos y el minuto, recuperando siempre el mismo tiempo que el cambio realizado.
  • Medios: Oscilan entre 1 y 2 minutos, recuperando un minuto rodando. Recordamos que en ningún momento hay que parar. Se baja el ritmo de carrera.
  • Largos: Desarrollan la potencia aeróbica. Duran entre 2 y 5 minutos, y el tiempo de recuperación es de un minuto. Para que nos resulte efectivo debemos de hacerlo durante al menos media hora.
  • Sistemas aleatorios: Los cambios de ritmo se harán en función de nuestras sensaciones, sin necesidad de que nos ejercitemos en un terreno llano. Por ejemplo podemos intensificar la velocidad en las subidas recuperando fuerzas durante la bajada. Los cambios van desde los 20 segundos hasta los cinco minutos.
  • Combinación: Algunos expertos también proponen una combinación de los cambios de ritmo cortos, medios y largos, partiendo de los 20 segundos, para a continuación ir incrementando hasta los 30, 45 y 60 segundos, 2 minutos, tres minutos y cinco minutos, para volver a disminuir el ritmo hasta los 20 segundos, recuperando un minuto en cada cambio.

 

La recuperación en los cambios de ritmo debe realizarse a ritmo de rodaje suave, un poco más rápido que a trote. Repetimos que no sirve parar y volver a correr. Los cambios de ritmo son la manera ideal para mejorar nuestros tiempos sin sufrir los estragos de las series, donde el desgaste físico y mental nos puede llegar a hundir si no cumplimos con los tiempos marcados o si simplemente no las acabamos. La mayor sensación de frustración de un corredor aficionado llega cuando los tiempos de los entrenamientos no se ajustan a lo marcado por los planes.

Para poder asimilar toda la carga de trabajo hay que descansar lo suficiente. Entrenando todos los días no conseguiremos mejoras. Por eso consideran al descanso uno de los grandes pilares del entrenamiento. Si no te puedes resistir y necesitas calmar tu ansiedad, puedes hacer unos minutos de elíptica o bicicleta estática. No es lo mismo que salir a correr, pero por lo menos puedes matar el gusanillo y te vendrán bien para desconectar.

Pronador o supinador

pisada

Elegir las zapatillas ideales para correr los próximos mil kilómetros no es tarea sencilla. Por eso debemos de comparar y buscar las que mejor se adapten a nosotros, reparando también en el tipo de pisada. Aunque nos suene a chino podemos ser pronadores, supinadores o neutros. No os preocupéis porque vamos a explicaros bien lo qué es cada cosa.

La carrera a pie comprende tres fases. La primera hace referencia al impacto del talón sobre el suelo, la segunda de apoyo del pie y en la tercera nos impulsamos gracias a la parte delantera del pie y los dedos. Es en la segunda parte de este proceso donde se evidencia el tipo de corredores que somos. Los pronadores (la mayoría de las personas pertenecen a este grupo) hunden el pie hacia dentro mientras que los supinadores lo hacen al revés, hacia fuera. Por el contrario la pisada neutra mantiene el eje del desplazamiento lineal, sin ninguna alteración del pie.

El tipo de pisada no implica nada malo en tu forma de correr, aunque si que supone un factor importante a la hora de escoger una zapatilla de running.

  • Pronación: A la hora de correr o caminar la pronación suaviza el golpe del contacto inicial. Si no pronásemos todo el impacto recaería sobre la parte superior de las piernas y afectaría a la mecánica de las extremidades inferiores. La pronación nos permite ‘reconocer’ sobre qué superficie trotamos y amortigua el impacto. Vamos a describir los pasos que siguen los pronadores:
  1. El talón toca el suelo
  2. El pie empieza a rotar ligeramente hacia dentro, al igual que las rodillas y los huesos de la pierna. Un exceso de movimiento hacia dentro no solo puede sobrecargar la rodilla sino también la zona lumbar y la cadera. En su intento de contrrrestar la inestabilidad del pie y sobrecargas los músculos del tobillo y el pie trabajan a destajo.
  3. Cuando la parte delantera del pie contacta con el suelo los huesos aún están en una posición de cierta relajación que impiden una impulsión más fuerte.
  4. El pie de pronación deja el contacto con el suelo con la zona comprendida entre el dedo índice y el pulgar. En carreras largas son muchos los corredores neutros que víctimas del cansancio acaban realizando una pisada pronadora.

 

  • Supinación: El impacto se registra por la zona externa. Esta carga lateral del pie se registra durante todo el ciclo de pisada pudiendo afectar a nuestra eficacia corriendo. Los supinadores suelen desgastar la zona exterior del talón y la parte superior presenta ciertas deformaciones en el lateral externo. Solo un 5% de los runners son supinadores y hace referencia a los que tienen un arco muy alto Sus pies les permiten realizar una potente propulsión lo que favorece a los corredores de velocidad. Por contra los de larga distancia tienen más complicaciones por la escasa amortiguación en su pisada. Hay que decir que los supinadores son más propensos a las lesiones debido al impacto y a las fracturas por estrés, por lo que lo mejor serían que se calzasen unas zapatillas neutras con mucha amortiguación. De esta manera nuestras piernas sufrirán mucho menos con el impacto.
  1. El apoyo del talón es normal.
  2. El pie rota hacia dentro. Los huesos y articulaciones no se relajan y a causa de esto el impacto es más alto en un área menor de lo normal.
  3. Cuando la parte interior contacta contra el suelo sus huesos se mueven con más facilidad sin que apenas se pierda potencia de batida.
  4. El supinador empuja la pisada hacia los dedos pequeños.

 

  • Pisada neutra: Con esta pisada se consigue un equilibrio adecuado entre la absorción y estabilidad.
  1. El talón contacta con el suelo por su parte exterior. Por lo general veremos como se desgastan las zapatillas por esta zona, esto es por impacto que se debe sobre todo a que las caderas son más anchas que la distancia lateral entre los pies al correr.
  2. El pie rota hacia dentro unos cuatro grados, lo que permite relajar las articulaciones y apoyarse en terrenos irregulares sin perder el equilibrio.
  3. A medida que la parte anterior del pie va tocando suelo, vuelve a rotar hacia fuera de nuevo. Esta rotación bloque las articulaciones y permite generar un punto de apoyo más resistente para hacer una buena propulsión.
  4. Se deja el suelo con los tres dedos del medio.

 

Hay varias maneras de comprobar nuestra pisada. Lo recomendable sería acudir al podólogo, pero hay varios remedios caseros que nos pueden ayudar a formarnos una idea. Una es observar la huella de nuestro pie descalzo y la otra es comprobar el movimiento de las rodillas durante la flexión de las mismas con los siguientes pasos que os detallamos a continuación:

  1. De pie y descalzo, junta las plantas de pies. A poder ser intenta hacerlo delante de un espejo para que puedas verte las piernas.
  2. Flexiona las rodillas en tres ocasiones.
  3. La tercera flexión es la más importante. Fíjate como han quedado las piernas. Si chocan entre si eres pronador, si permanecen separadas es que eres supinador mientras que si están paralelas y muy juntas, pero sin llegar a tocarse es que tienes una pisada neutra.

 

Consejos para comprar zapatillas

Cuando vayamos a adquirir unas zapatillas de running debemos de comprobar que no nos queden ni muy apretadas ni muy holgadas. Debe de sobrar en torno a medio centímetro entre el dedo más largo y la puntera, de lo contrario podríamos romper alguna uña o correr incómodos. Hay que decir que las zapatillas se van adecuando a nuestro pie a medida que le damos uso. Un playero demasiado grande puede originar un recalentamiento, problemas también en las uñas o falta de estabilidad.

Aunque no le prestemos mucha atención hay muchos tipos de ataduras: cruzado normal, cruzado exterior, interior o en escalera. Lo lógico es sujetar el pie correctamente sin presionarlo en exceso.

Cuando vayas a una tienda especializada en calzado runner no vayas con prisas. Tómate tu tiempo en comparar y consultar cuál es la zapatilla más adecuada a tus condiciones. Deja asesorarte por el vendedor, en la mayoría de los establecimientos especializados saben de lo que hablan y pueden echarte una mano. Si tienes que estar una hora probando playeros no pasa nada, tienes que probar varios modelos y marcas hasta que estés convencido de la compra. Las prisas pueden condenarte a adquirir una zapatilla con la que no te encuentres a gusto o que no son de tu talla.

Tenemos que tener claro qué uso le vamos a dar las zapatillas. Hay zapatillas de primer nivel que son recomendadas para runners que cubren muchos kilómetros en distintas superficies mientras que otras son para la práctica del running esporádico, que son más baratas y pueden satisfacer nuestras necesidades sin tener que rascarnos mucho el bolsillo. Por suerte es posible comprar zapatillas de calidad desde poco más de 60 euros.

Recomiendan probarse siempre el calzado en los dos pies ya que es posible que tengamos uno más grande que otro.

A la hora de escoger la mejor zapatilla debemos de valorar aspectos como la amortiguación, estabilidad, flexibilidad y peso. En este último punto podríamos decir muchas cosas. Cuanto más pesado sea el playero más amortiguación tendremos y menos sufrirán nuestras piernas. Por lo general todos tenemos más atracción por las zapatillas ligeras, ya que nos sentimos más cómodos. Son como ir descalzos. Los corredores con menos kilos se lo pueden permitir, pero sería un auténtico peligro ver a un runner de ochenta kilos con una zapatilla de apenas 230 gramos.

Para asegurarnos bien debemos de caminar unos cuantos pasos por la tienda para comprobar que no nos hacen daño. Aunque seamos un poco meticulosos, lo ideal es ir a probar las zapatillas después del entrenamiento o después de realizar nuestras labores ya que tendremos el pie dilatado. No dudéis en llevar puestos los calcetines con los que corréis que por lo general son bastante finos y no tienen nada que ver con los que solemos emplear a la hora de calzar zapatos. Si empleamos plantillas también debemos de verificar que encajen bien.

Nunca debemos de estrenarlas para realizar un entrenamiento. Antes es preciso utilizarlas por la calle un par de días para que el pie se vaya adaptando a ella. Si nos probamos antes de salir a corres es posible que acabemos con alguna ampolla. Las zapatillas no son eternas y tienen un periodo de vida que oscila entre los 800 y 1.000 kilómetros que dependerán en gran medida de nuestra pisada, superficies sobre las que nos ejercitamos y el peso. Podemos alargar su vida hasta hasta los 2.000 o 3.000 kilómetros, pero el riesgo de lesión se incrementa muchísimo y la zapatilla a partir de los mil kilómetros pierde sus propiedades. Por motivos económicos tenemos la costumbre de tener uno o dos zapatillas, pero los que disponen de más recursos pueden tener unas para las tiradas largas, otras para los entrenamientos rápidos y otras para la competición. En mi caso suele comprar un par de pares al año, que empleo tanto para las carreras como para los entrenamientos. Lo que tengo claro es que merece la pena cambiar las zapatillas con frecuencia para evitarse futuras lesiones.